En
cada región colombiana se prepara un asado diferente, y la carne que se
consume, algunas veces, procede de animales poco comunes.
En La Guajira y sus alrededores, aunque la oferta de peces hace parte de su gastronomía original, el plato que más consumen lo adoptaron los Wayúu. Se trata del chivo, y en algunos casos de la cabra, fuente de riqueza y alimento para la mayoría de los habitantes de este departamento.
Uno de los cortes más comunes es el friche, en el que el
chivo es cocido y posteriormente freído en aceite.
En la región de Santander, por su parte, el cabrito y la
carne oreada se roban el protagonismo.
El primero es uno de los platos más comunes de esa tierra
montañosa; se come asado, a la plancha o frito, y siempre va bien con una
porción de yuca o papa. La segunda, también conocida como carne seca, es
originalmente un corte de capón –pollo de corral de carne fina y de buen peso–,
adobado con sal, limón y naranja.
Por las amplias y mágicas llanuras del Meta y Casanare se
come chigüiro, el roedor más grande del mundo que, usualmente, alcanza un peso
de 65 kilos. Su carne es una de las más exóticas del país y, a la parrilla o al
horno, se sirve con yuca y plátano frito.
Lo que muchos no saben es que este plato también es el
predilecto de la mayoría de grupos indígenas que habitan la selva amazónica
colombiana.
Siguiendo el recorrido por Colombia, por las agrestes y frías
montañas de Nariño, el cuy, un pequeño roedor que hizo parte vital de la
alimentación de los incas, hoy es el plato insignia de las mesas de esta
región. Este tipo de carne es altamente nutritiva, digestible y contiene cero
colesterol.
publicado por: stefany melgarejo
bibliografia: www.cocinasemana.com
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