Por: Nicolas
Cifuentes Arias
Entrega numero
2
“Los pescadores creen que estoy loco. Crecer
vegetales marinos y promover el vegetarianismo oceánico suena ridículo para
ellos, pero Invito a los chefs del mundo a inventar platillos
con alga marina (linguinis, helados, martinis)”
Bren Smith
El
aumento de la población, la globalización, la industrialización, el cambio
climático, la sobreexplotación de recursos, actividades sin responsabilidad ni
sostenibilidad y sumado a los intereses particulares de naciones y
multinacionales han detonada una alarmante situación del medio marino.
La
pesca comercial ha probado ser una de las formas de producción alimenticia más
destructiva y dañina del planeta. Recoge algunos peces como el atún mientras
que arrasa con el resto de los seres vivos con las redes y cadenas de
recolección. Actualmente las grandes industrias de pesca que se basan en la
captura de peces y en sus derivados, utilizando métodos de arrastre y de cerco.
De
arrastre : Consiste fundamentalmente en el empleo de una red que barre el fondo
de la mar capturando todo lo que encuentra a su paso. Este tipo de pesca acaba
con todo tipo de variedades de peces y plantas acuáticas así no sean de su
interés. Esta genera el mayor impacto ambiental.
Al
cerco : Esta red se centra en un banco
de peces especifico (sardina, anchoveta, jurel y caballa principalmente), a
pesar de esto muchas otras variedades se ven afectadas.
Además
de estas dos peligrosas practicas de extracción marina, existe otro grave
problema donde las industrias por facilidad y demanda de sus clientes, deciden
pescar especies en una etapa donde no se han desarrollado completamente. De
esta manera al capturarlos en un etapa temprana están evitando que se puedan
reproducir, dejándolo en vía de extinción. Por ejemplo en edad adulta el mero
puede llegar a medir 2,5 metros de largo y a pesar de esto lo están pescando en un tamaño de un plato de mesa.
A
pesar de este grave problema de falta de conciencia y sobreexplotación marina
por parte de las empresas e industrias, En Long Island (USA) el pescador
comercial Bren Smith convirtió un pedazo de suelo marino del Estrecho de Long
Island en una granja oceánica que asegura que no sólo ayudará a salvar los
océanos sino que servirá de alimento para el mundo.
En
su granja, Smith crece alga marina y mejillones, de manera que recubran el
suelo del mar y no lo disminuyan. La Granja Oceánica germina algas sobre
cincuenta metros de cuerda ancladas sobre jaulas de almejas y ostiones. Mediante
este proyecto se espera el éxito de 26 toneladas de algas marina y 60 mil
mejillones en cinco meses.
Smith estará publicando los avances en línea, mientras promueve el vegetarianismo marino invitando a chefs del mundo a inventar platillos con alga marina (linguinis, helados, martinis).
Smith estará publicando los avances en línea, mientras promueve el vegetarianismo marino invitando a chefs del mundo a inventar platillos con alga marina (linguinis, helados, martinis).
“Los
pescadores creen que estoy loco. Crecer vegetales marinos y promover el
vegetarianismo oceánico suena ridículo para ellos”, dijo Smith. Esperemos que
su granja resuene cada vez más en el mundo, y dejemos de arrasar con la valiosa
vida que habita en el agua del mar. Las granjas de alga, nutritivas verduras
del mar, podrían ser la fuente alimenticia del futuro.
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